El ejército israelí ha vuelto a bombardear esta madrugada el hospital Kamal Adwan, el último centro parcialmente operativo del norte de Gaza. El ataque se produjo sin orden de evacuación previa y dejo al menos cuatro trabajadores entre las víctimas.

“No hubo orden de evacuación oficial”, dijo el representante de la Organización Mundial de la Salud a la prensa en Ginebra.

“Durante toda la noche hubo intensos bombardeos alrededor del hospital, en los alrededores de Kamal Adwan. A primera hora de la mañana, sobre las 4, se vio un tanque de del ejército de israel fuera del hospital y se informó a la gente y se les dijo que todo el mundo tenía que salir del hospital”, añadió Rik Peeperkorn.

“La gente empezó a escalar el muro para escapar, y este pánico atrajo el fuego de las ejército israelí. Hay informes de muertes y también de detenciones, arrestos”.

La Oficina de Derechos Humanos ha denunciado que el miércoles Israel bombardeó un campamento improvisado que albergaba a 21 familias en Al Mawasi, Khan Younis, que había sido declarado “zona humanitaria segura” por el propio ejército israelí.

El ataque, junto con explosiones secundarias, destruyó las 21 tiendas y causó la muerte de al menos 23 palestinos, entre ellos al menos cuatro niños y dos mujeres -una de ellas embarazada-, e hirió gravemente a otros. El ejército israelí afirma haber atacado a “altos mandos de Hamás” y alega que las explosiones secundarias fueron causadas probablemente por armas presentes en la zona. Sin embargo, según la información de que dispone la Oficina de Derechos Humanos, fueron las bombonas de gas de uso doméstico las que parecen haber causado estas explosiones secundarias.

Se trata del séptimo ataque contra un campamento de desplazados internos en las últimas dos semanas.