Una “ley corta” para apoyar a las escuelas especiales en pandemia, que incluya entre otras medidas flexibilidad en el otorgamiento de subvención, no aplicar reliquidaciones negativas, e incorporarlas a la SEP, solicité evaluar hace muy pocos días al Ministerio de Educación
Se trata de un proyecto de ley a raíz de la situación más que crítica que traviesa la Escuela Hospitalaria de Valdivia, que según los datos entregados por la misma entidad, ha llegado a un punto tal por las dificultades económicas que probablemente no pueda seguir funcionando.
Y es llevamos un año y medio y el virus ha dejado estragos en la salud de las personas, en la sobrecarga del sistema sanitario, en la economía global y familiar y, por cierto, en la educación.
Producto de la pandemia, se calcula que hasta el año pasado 186 mil menores de entre 5 y 21 años abandonaron el sistema escolar, y este año más de 39 mil no se matricularon.
Por otra parte, existen más de 2 mil escuelas especiales en Chile, similares a la Hospitalaria de Valdivia, que atienden a niños y jóvenes con capacidades diferentes, con mayores vulnerabilidades, con enfermedades, y que necesitan de una atención preferente y diferenciada.
El problema es que un número importante de ellas están hoy evaluando su continuidad. La baja de la matrícula significa que reciben menos subvención, y la deserción hace que se ejecuten rápidamente las reliquidaciones negativas por este ingreso –que en términos sencillos es ir devolviendo plata a medida que se generan ausencias o deserciones-, dejando a estos establecimientos en un pie muy, muy complejo.
Pero además, paradójicamente, las escuelas especiales, que atienden a población vulnerable del país, como los que asisten a este tipo de planteles, no reciben la Ley SEP, cuyo objetivo es precisamente beneficiar alumnos con vulnerabilidad.
Por eso, el proyecto que presentamos busca flexibilizar la entrega de subvención solicitando una salida jurídica que evite las diferencias negativas, y continuar dotándolos de recursos en el tenor de lo que percibían hasta antes de la pandemia.
También, que no se apliquen las reliquidaciones negativas de la subvención escolar, las que afectarían aún más la continuidad de los establecimientos. Y finalmente, que se incorpore a la Ley Sep a todas las escuelas especiales con necesidades educativas transitorias y permanentes.