• La recepción de leche cruda a nivel regional experimentó las consecuencias del déficit de precipitaciones (cercano al 50% en 2021) y las altas temperaturas que se instalaron en la zona sur desde finales de la temporada anterior, fenómeno que golpeó con mayor intensidad a la vecina Región de Los Lagos, que retrocedió 9,9% en la producción de leche durante el primer mes del año.

Según datos del Boletín de la Leche de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en el mes de enero de 2022 la recepción de leche cruda en nuestra región alcanzó a 67,1 millones de litros, en circunstancias que el mismo mes de la temporada anterior registró 69,3 millones de litros          (-3,2%). La contracción de enero en Los Ríos ya se había comenzado a sentir levemente en diciembre, cuando la recepción de leche cayó 0,5%.
Sin embargo, el decrecimiento productivo generado por las condiciones climáticas del verano tuvo peores indicadores en la vecina región de Los Lagos, que bordeó los dos dígitos de caída en su recepción de leche para enero (-9,9%). Al igual que en nuestra región, este fenómeno también comenzó a sentirse en la última parte de 2021, con bajas de -1,9% en noviembre y -5,7% en diciembre.
Dada la relevancia de ambas regiones en el contexto lechero del país (casi el 80% de la recepción), a nivel nacional enero 2022 también experimentó una disminución de -5,6% en su disponibilidad de materia prima, llegando a 210,4 millones de litros.
Sin descartar que en esta desaceleración productiva también haya influido el impacto del explosivo aumento de precios en insumos relevantes para la producción lechera (fertilizantes y alimentos), el vicepresidente de APROVAL, Jaime Heinrich, sostuvo que el mayor impacto de la sequía en la región de Los Lagos pudiera tener relación con la mayor cobertura de superficie de praderas bajo riego en Los Ríos (48% más respecto a la vecina región), totalizando 17.279 hectáreas, en comparación con las 11.681 hectáreas de Los Lagos catastradas en el período 2008-2020 por el Consorcio Lechero.
“Desde la gran sequía de 2015, en APROVAL identificamos la importancia estratégica del riego en los sistemas de producción de leche a base de pastoreo, dada la vulnerabilidad que estos presentan ante factores climáticos extremos que –desafortunadamente- se han transformado en fenómenos recurrentes y, por qué no decirlo, se han instalado casi como una nueva normalidad en regiones como la nuestra y la de Los Lagos”, concluyó el dirigente.