La falta de confianza ciudadana, la fractura de Chile Vamos y la crisis de liderazgos, podrían transformarse en obstáculos para este nuevo acuerdo político.
Molestia y extrañeza generó la reunión entre el presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, y los máximos dirigentes de los partidos de la ex Concertación: Heraldo Muñoz (PPD), Álvaro Elizalde (PS), Carlos Maldonado (PR) y Fuad Chahín (DC) para trabajar en un “nuevo pacto social” con impulso de una serie de iniciativas y proyectos ad portas del plebiscito constitucional de abril.
Por un lado, desde la UDI le han restado dramatismo a esta decisión, señalando, en voz de su presidenta, Jacqueline van Rysselberghe, que “es sólo fuego artificial”, y por el otro, ha causado rechazo el hecho de que partidos tan cuestionados por su rol durante la transición, estén alineándose con el oficialismo, sobre todo en el actual contexto político y social.
Pensiones y salud serían parte de las materias tratadas en la cita que también tuvo por propósito fijar el objetivo de evitar un escenario de trincheras políticas.
Desde el punto de vista del cientista político Mauricio Morales, los ánimos de los participantes de la reunión van en la línea, en primer lugar, de dejar de lado las acusaciones constitucionales, lo que habría quedado demostrado en las ausencias y abstención de los senadores DC ante la ofensiva contra el intendente metropolitano, Felipe Guevara.
A su vez, según Morales, se busca dar respuesta a la ciudadanía con liderazgos que no agudicen el conflicto, pese a los altos índices de desconfianza de estos acuerdos que se evidencian en las últimas encuestas.
En lo que refiere a RN y el complejo estado que atraviesa con divisiones internas sobre la aprobación o rechazo del referéndum constitucional, el académico de la Universidad de Talca señaló que el acuerdo con la oposición podría, por una parte, tensionar aún más al partido y por otra, ser “una notificación de que está más cerca de los acuerdos con la centro izquierda que de fortalecer su coalición de gobierno con la UDI” aseveró.
De este modo, el analista observa una “reconstitución de la antigua Concertación con un ingrediente liberal de derecha” lo que dejaría fuera de las negociaciones a la UDI y hacia la izquierda, el Frente Amplio y el Partido Comunista.
Además, los partidos que buscan el acuerdo, estarían anticipándose al marzo violento que se avizora y tratando de agilizar la agenda, “lo que puede ser bien tomado por el Gobierno o producir que los extremos del sistema de partidos, cobren protagonismo y el clima se polarice” aventuró Morales.
En tanto, el sociólogo y académico de la Universidad de Santiago, Alberto Mayol, expuso que RN está sobre una zona de fractura como partido de Gobierno y, por tanto, al aprobarse o rechazarse el plebiscito queda en el mismo lugar.
“Es normal que un partido en fractura con una coalición inexistente, intente comprar acciones en distintos proyectos, entre ellos el ex proyecto concertacionista, es una demostración de debilidad más que un acto estratégico…No es algo que tenga mucho horizonte de probabilidad porque ninguno de los dos (RN y la coalición de oposición) llega provisto de recursos políticos” advirtió Mayol y sostuvo que dependerá de la ciudadanía el tener el tamaño, la fortaleza y la intensidad para poder defenderse de estos procesos políticos.
Por su parte, el analista y académico de la Universidad de Chile, Ernesto Águila, ve las reuniones entre RN y la ex Concertación con un enfoque inadecuado, muy propio de los 90’ y alejado de la realidad actual con crisis de representación política.
“Un pacto social solamente puede ser construido sobre la base de un protagonismo de los sectores sociales movilizados, que esa sociedad en su conjunto se represente y pueda establecer un diálogo directo con sectores empresariales del país” afirmó.
Águila indicó que no es la primera vez que un sector de la derecha ofrece caminos de entendimiento y finalmente no cumple con esas promesas, porque queda aislada dentro del bloque o no tiene real convicción para hacer posibles los acuerdos.
“Hay que ponderar si el sector de la derecha que ofrece este diálogo, tiene efectivamente la fuerza para conducir a partidos de su coalición y a la derecha económica hacia esos acuerdos y el respaldo de la ciudadanía después del 18 de octubre” concluyó.
By:Tania González / Diario Uchile
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