El aumento de importaciones y su efecto a la baja en el precio a los productores, las consecuencias en seguridad alimentaria y en estabilidad del mercado interno, son parte de las razones que hace unos días nos impulsaron a presentar un proyecto que propone salvaguardas a la producción nacional.
La propuesta de resolución, de iniciativa bicameral, fue elaborada por quien suscribe junto a mi colega Harry Jürgensen y al senador José Manuel Ossandón; recoge inquietudes y aportes técnicos de organismos como Fedeleche, Saval y Codeproval; busca que se adopten todas las medidas necesarias a la mano, administrativas y reglamentarias con que cuenta el Ejecutivo, para el resguardo y fomento de la producción de leche en el país, en virtud de la importancia de esta industria desde el punto de vista económico, social y alimenticio.
En el texto solicitamos activar estas salvaguardas en especial con la leche en polvo entera y descremada, y el queso gauda, con el fin de evitar que el aumento de las importaciones de estos lácteos genere distorsiones y daños graves, a la postre irreparables, a la industria local.
Y es que la caída en los precios de la leche producida en el país, junto con la penetración progresiva de los volúmenes de importación de las variedades en polvo, descremada y gauda, son fenómenos que el sector viene denunciando hace años y que son evaluados de alto riesgo para la supervivencia del mercado interno.
Lla Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) reporta en tal sentido que mientras en 2014 se importaron 3.848.778 kilos de leche en polvo entera al país, en 2016, se llegó a 6.466.946 kilos, y en 2017 a 11.619.157 kilos. Este aumento compite en condiciones desfavorables para nuestros lecheros y ha generado, en parte, la baja del precio a pagar a los productores chilenos.
Por otra parte, la exportación de leche chilena ha disminuido sustancialmente en igual periodo, y en ello confabulan de nuevo el bajo precio que desincentiva la producción interna, la falta de apoyo estatal para mejorar la producción, sumado a los altísimos estándares de procesos que se les exige a nuestros productores versus las facilidades de ingreso a los importadores. Así, el 2014 se exportaron 20.735.500 kilos de leche en polvo entera en tanto que en 2017 la cifra llegó apenas a 3.815.700 kilos.
Bernardo Berger Fett
Diputado de la República