[et_pb_section bb_built=»1″][et_pb_row][et_pb_column type=»4_4″][et_pb_text _builder_version=»3.0.87″ background_layout=»light» text_orientation=»justified»]
Las cifras de inmigración en todo el territorio nacional han ido en un claro aumento en los últimos años. Según la OIT el porcentaje de inmigración entre el año 2010 y 2015 alcanza el 4,9%, superando a todos los países de Latinoamérica. El principal origen de los migrantes proviene de países del Centro y Sudamérica. Este fenómeno se debe principalmente a las distintas problemáticas relacionadas con temas sociales, económicos y políticos presentes en la mayoría de los países de la región.
La elección de Chile como destino, está basada fundamentalmente en la estabilidad política y económica demostrada de forma sostenida en los últimos años, frente a otros países Latinoamericanos, lo cual ofrece un contexto propicio para las proyecciones de los inmigrantes, que sin lugar a dudas, contribuye al desarrollo de actividades económicas individuales y dependientes, favorecidas por empresas que necesitan fortalecer su capital humano, pasando desde labores propias demandando mano de obra directa, a otras requeridas por con un mayor grado de especialización profesional, donde muchos de los inmigrantes vienen ofreciendo sus servicios, constituyendo un aporte, tanto para las empresas privadas como para entidades públicas.
Si bien es cierto, el fenómeno de inmigración está presente en muchas ciudades del país, existe una concentración natural en la Región de Antofagasta, debido a la cantidad de empresas mineras que ofrecen trabajo a los inmigrantes provenientes principalmente de los países del norte (Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia), así como también en la Región Metropolitana, la cual presenta un escenario de trabajo diversificado en el ámbito de servicios. Este fenómeno se traslada paulatinamente a otras regiones que presentan niveles de empleo que sobrepasan los índices nacionales.
En el caso de la Provincia de Osorno, se ha manifestado un crecimiento exponencial de inmigrantes provenientes principalmente de países como: Colombia, Venezuela y Haití. Estos últimos marcan una diferencia sustancial a partir del año 2016, superando las cifras sostenidas en los años anteriores, pues en el año 2016 se registraron 43.898 inmigrantes, mientras que en el mes de julio del año 2017 fueron registrados 44.289, datos entregados por el Director General de Asuntos Consulares y de Inmigración de la Cancillería, Sr. Carlos Appelgren, en el periódico nacional El Mercurio.
La causa principal para atraer inmigrantes a la Provincia de Osorno, estaría dada en primera instancia, por la estabilidad del empleo, que como se mencionó anteriormente, los inmigrantes tienen en cuenta este importante factor para tomar la decisión de residencia, pues tanto la Provincia de Osorno como la Región de Los Lagos, muestra una estabilidad en sus principales actividades económicas, como son el comercio, la agricultura y los servicios.
Otra motivación de la llegada de inmigrantes a la zona, estaría dada probablemente por la proximidad entre ciudades de la Región de Los Lagos, existiendo una disponibilidad de trasporte que facilita la movilidad y habitabilidad para establecerse en el territorio.
En esto, es importante ver a la inmigración como una oportunidad de innovación y emprendimiento, pues la llegada de migrantes hace que las ciudades tengan una visión económica, social y cultural mucho más amplia, lo cual debe ser capitalizado, aprovechando las ventajas en el mediano y largo plazo para aspirar a ser una “ciudad con aires cosmopolita”, sabiendo que por ejemplo los haitianos tienen una fuerte influencia francesa pudiendo enriquecer nuestra cultura.
Todas las cifras expuestas en estos párrafos, sin lugar a dudas, ameritan reflexiones para hacer frente al fenómeno de la inmigración, revelando la existencia de roles ineludibles que deben activarse desde el Estado, las empresas y la sociedad civil en general, levantando diagnósticos reflejando la realidad actual, con el objetivo de ejercer responsabilidades y acciones llevando a buen rumbo lo que llegó para quedarse.
Desde el Gobierno, se encuentran tramitando una nueva Ley migratoria mandatada por la Presidenta Bachelet instruyendo a sus Ministros la necesidad de “ir igualando progresivamente los derechos entre la población chilena y quienes han optado por hacer una nueva vida en Chile”, todo esto se da en el actual contexto donde se deben aprovechar los diferentes aspectos ayudando a equiparar un escenario más auspicioso para quienes deciden vivir en nuestro país.
Si bien, a lo largo de la discusión de esta nueva Ley han surgido algunas controversias, lo cierto es que resulta fundamental la existencia de instancias institucionales, debiendo validarse de manera consensuada para darle la legitimidad necesaria, considerando el constante y dinámico flujo de inmigrantes representado en todo el territorio nacional, por lo tanto, a la hora de generar una política pública integral, es importante considerar todas las aristas necesarias, para obtener un efecto positivo en todos los entes involucrados.
Por su parte, el rol de la empresa privada, está dado por informarse adecuadamente, de cuáles son las formas en que pueden contratar a las personas, asumiendo compromisos tanto con sus mismos trabajadores como con el Estado, pues deben trabajar en forma conjunta para mantener un ambiente de respeto, para procurar el resguardo de derechos, como ocurre con los trabajadores nacionales, así como también estar atentos de los avances que se contemplen en materias regulatorias.
En el ámbito laboral, los inmigrantes en Chile tienen dos tipos de visas (autorización de residencia) para trabajar, una denominada Visa de Residencia Sujeta a Contrato, contemplada en el en el Artículo 23° del Decreto Ley N° 1.094 del año 1975, el cual es definido como la residencia concedida a extranjeros que viajan al país con el objetivo de dar cumplimiento a un trabajo. Esta visa se otorga a los extranjeros que se encuentren en cualquier lugar del territorio nacional, haciéndose extensiva a los miembros de su la familia, pero estos últimos están prohibidos de realizar cualquier actividad remunerada. La duración de esta modalidad es de dos años, sujeta a prorroga por dos períodos iguales
Algunas de las desventajas de esta forma de visa, se contempla en el Artículo 24° del mismo cuerpo legal, el relacionado con la obligatoriedad del empleador de pagar el pasaje de regreso al trabajador cuando termine el contrato, lo cual constituye un costo adicional que debe estar especificado en el contrato. Otra de las limitaciones de esta modalidad de residencia, está dada por la dependencia de un empleador, pues si el inmigrante llega con un contrato de un empleador, este no lo puede cambiar, por lo tanto, si termina la relación laboral debe regresar a su país de origen.
Como una forma de flexibilizar y formalizar el trabajo de los inmigrantes en Chile, el Departamento de Extranjería y Migración (DEM), dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública dictó una Circular N° 07 en el año 2015, creando una nueva modalidad de residencia llamada Visa Temporaria por Motivos Laborales, la cual presenta varias ventajas para los inmigrantes, habilitando a sus titulares (residentes con visa) para realizar cualquier actividad remunerada lícita, ampliando el espectro para que una persona pueda tener más de un empleador a la vez, el cual no está obligado a pagar el pasaje de vuelta al lugar de origen del inmigrante, aunque el período de residencia es menor, hoy es la modalidad más usada por los inmigrantes, por las evidentes ventajas que ofrece.
Según el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), una de las principales dificultades de los migrantes en Chile, está dada por la formalización en el trabajo, puesto que la misma institución indica que ocho de cada diez migrantes llegados a nuestro país busca un trabajo. Esto se muestra como dato fundamental para levantar la necesidad de regularizar los trámites migratorios con la mayor celeridad posible, evitando el trabajo informal y todo lo que ello involucra.
Lo que se debe evitar, es permitir delitos que atenten contra los derechos de los inmigrantes, pues en Chile, uno de los más comunes contra los inmigrantes es la trata, comercio o tráfico de personas, el cual consiste en una forma de atraer personas, con fines lucrativos, para depender de alguien que abusa laboral o mentalmente de otra, es también es tipificada como una forma moderna de esclavitud.
Otra de las malas prácticas está dada con la venta de contratos falsos, con el fin de permitir la residencia temporal del inmigrante, lo cual constituye un riesgo latente afectando directamente a quien compra tales contratos, porque es más difícil encontrar a los delincuentes que realizan este delito, porque normalmente realizan esta venta de forma encubierta, ocultando su identidad.
Los temas migratorios, también forman parte importante de la agenda de muchos otros países a nivel mundial, existiendo actualmente una alta movilidad, impulsada por diferentes motivos que no serán parte de éste análisis, sin embargo, evidencian un grado de vulnerabilidad para los propios inmigrantes, puesto que, en la gran mayoría de los casos, son personas obligadas a buscar otros países para vivir con sus familias, porque en sus países de origen existen conflictos bélicos, sociales y/o económicos, que no permiten establecer sus vidas con normalidad.
Por lo anterior, en el año 2015 se realizó la cumbre para el Desarrollo Sostenible de los Estados miembros de Naciones Unidas, con el objetivo de crear una agenda global que incluya y defina políticas que afecten los aspectos migratorios. En este evento mundial se propuso la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incluyendo 17 objetivos, dentro de los cuales en el décimo de ellos, referente a la reducción de desigualdades, se refiere a la migración en términos de crear mecanismos para impulsar a los países a hacerse cargo a través de “facilitar la migración y la movilidad ordenada, seguras, regulares y responsables de las personas, entre otras cosas mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas”.
En definitiva, en esta columna se deja claro que la movilidad mundial de migrantes, por diferentes causas, es un tema a abordar desde sus diferentes perspectivas, buscando consensos entre todos los entes involucrados, es decir, desde el Estado y desde el mundo privado, estableciendo políticas públicas integrales claras asumiendo la responsabilidad que le corresponde a cada uno. La inmigración debe ser analizada desde la complejidad, tomando en cuenta la existencia de muchas disciplinas que pueden ayudar a proyectar esta temática a nivel local, nacional e internacional. No se trata solamente de abrir o cerrar la puerta para dejar entrar a inmigrantes, sino más bien lo más importante es garantizar sus derechos, así como también responsabilizarse de su estadía y desarrollo en nuestro país.
By: Guido Asencio Gallardo
Académico y Doctorando en Administración
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]