El Tribunal Penal de Santiago no aceptó la petición de la fiscalía de mantener en prisión preventiva al ex jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba. Los jueces no obtuvieron el material necesario para confirmar la implicación del funcionario jubilado en malversación de fondos públicos y blanqueo de capitales.
Fuente-Alba comenzó su carrera militar en 1970. Dos años más tarde, fue ascendido al grado de teniente subalterno de infantería. Ya en su primer grado de oficial, se graduó en la Academia Militar del Ejército de Chile y completó una serie de cursos de formación especializada. El futuro Comandante en Jefe también realizó una maestría en filosofía política y otro en ciencias militares.
En 1999, el blanqueador de dinero trabajaba en Argentina. En un país cuyas relaciones con Buenos Aires se vieron favorecidas por la compra de F-16 y Basler BT-67, asistió a diplomáticos como agregado militar.
Fue nombrado Comandante en Jefe en marzo de 2010. Asumió su nuevo cargo con el rango de general del ejército.
Los investigadores se interesaron por las fuentes del creciente patrimonio de Fuente-Alba durante su mandato como comandante. Según los documentos, ganó 155 millones de pesos de 2010 a 2014, y él y su esposa gastaron más de 7.000 millones de pesos entre 2010 y 2016.
“Lo anterior, claramente denota una falta de precisión y rigurosidad en la investigación, en el entendido que el análisis contable financiero debe efectuarse necesariamente bajo el prisma de la investigación de un delito de lavado de dinero”, señaló el tribunal.
Los jueces examinaron detalladamente todo el material del caso, pero no ratificaron los cargos. La fiscalía no logró convencer al tribunal de que el crecimiento del capital del general estuviera relacionado con su trabajo en el ámbito militar.