Un pastor evangélico fue detenido en Brasilia, capital de Brasil, acusado de violar y torturar a cuatro menores: sus dos hijas biológicas, una hijastra y un hijastro. Según la investigación, obligaba a las niñas a presenciar los abusos sexuales que cometía contra sus hermanas.
Tras cometer los abusos, el hombre obligaba a las niñas a colocar sus manos sobre la Biblia y a rezar con él, como parte de un ritual que utilizaba para encubrir sus crímenes bajo una apariencia de fe.
Además, las sometía a castigos crueles, como arrodillarse sobre granos de maíz y tapas de botellas, ver películas pornográficas junto a él
El acusado predicaba en una iglesia del municipio de Santo Antônio do Descoberto, en el estado de Goiás. Los crímenes se habrían cometido entre 2010 y 2018 en la residencia familiar ubicada en Recanto das Emas, en el Distrito Federal de Brasil, cuando las víctimas tenían entre 6 y 7 años.
El hijastro fue víctima de amenazas y agresiones constantes. Recibía castigos físicos extremadamente violentos, como golpes con alambre de púas, que le provocaron desfiguraciones permanentes. El objetivo era impedir que revelara los abusos sexuales cometidos contra las niñas.
La detención se realizó en el marco de la operación denominada «Falso Profeta«, llevada a cabo por la Sección de Asistencia a la Mujer de la Comisaría de Recanto das Emas.
Pastor foi preso pela Polícia Civil no DF, nesta terça-feira, 28/10, por estuprar e torturar suas filhas e enteados menores de idade.
— Tumulto BR (@TumultoBR) October 29, 2025
Ele pregava a fé em uma igreia em Santo Antônio do Descoberto. Os crimes ocorreram na residência da família. no Recanto das Emas. entre os anos… pic.twitter.com/7QPhEUA9VB
Al enterarse de que iba a ser arrestado, el pastor intentó suicidarse en su lugar de trabajo. Sin embargo, sus compañeros lograron impedirlo y fue trasladado a un centro de urgencias, donde finalmente fue detenido.
“El perpetrador se aprovechó de la fe y de los vínculos familiares para cometer violaciones e intentar quedar impune. No obstante, la investigación permitió esclarecer los crímenes”, declaró Alexandre Godinho, jefe de investigaciones de la comisaría, según el medio Metropoles.
Las víctimas presentaron denuncias este año, luego de ser contactadas por los servicios de Protección Infantil. Habían guardado silencio durante años por desconocimiento legal, temor por la seguridad de sus madres y presiones de familiares paternos para no denunciar.
Los cuatro menores relataron que los abusos y agresiones ocurrían tanto cuando el acusado estaba sobrio como bajo los efectos del alcohol y las drogas.
La justicia lo acusa de violación agravada contra personas vulnerables, agresión sexual agravada, explotación sexual infantil, tortura y maltrato.


