El pasado jueves, el Ejecutivo optó por remover del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a Alejandra Pérez para instalar en la cabeza de la cartera a uno de los asesores del Palacio de La Moneda. Con ello, quedó abierta la interrogante respecto de los desafíos que deberá abordar el nuevo secretario de Estado, sobre todo, en un contexto marcado por la irrupción de una nueva institucionalidad.
“Salgo tranquila y bien, con la misma lealtad al Presidente y también a mis convicciones. Serví al país mientras pude. Estoy agradecida por haber sido nominada. Fue un gran honor haber podido trabajar en el Gobierno”.
Con estas palabras Alejandra Pérez, ahora ex titular del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, abandonó el cargo que logró liderar sólo por cinco meses.
Su instalación en el Ministerio no fue fácil. Desde un principio fue cuestionada por provenir de la empresa privada y no del ámbito público y de la gestión.
Por eso, al poco andar, los cuestionamientos se agudizaron: el proceso administrativo de la nueva cartera era imposible de efectuarse y la Ministra desconocía los procedimientos técnicos para la instalación de la tan esperada institucionalidad.
“Siempre hemos tenido críticas respecto de la instalación del Ministerio. Durante todo el tiempo que estuvo Alejandra Pérez, el proceso tardó demasiado. Vivimos diferentes situaciones”, comenta al respecto Marianela Riquelme, presidenta de la Asociación Nacional de Funcionarios y Funcionarias del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Afucap), organización que se creó junto con el nacimiento de la nueva cartera.
En este sentido, la dirigente añade: “En esta administración se dejó de lado la gestión de recursos. Hoy vemos a muchas autoridades en terreno, pero lo importante es que tienen que estar en sus oficinas, revisando documentos, validando contrataciones, certificando. Hoy hay muchos procesos de firmas estancados. Por lo mismo, hoy la orgánica del Ministerio casi no existe (…). La administración saliente fue bastante débil”.
Pero más allá de las críticas a la instalación de la cartera, la ex ministra protagonizó distintas polémicas. La más recordada es la entrevista que dio en abril de este año a El Mercurio de Valparaíso.
En el artículo Pérez se refería a la posibilidad de que el Teatro Itinerante fuera recuperado, obviando de paso, que la iniciativa ya se encontraba en funcionamiento. Al mismo tiempo, cuestionaba la entrega de vales gratuitos para actividades culturales.
Esta entrevista le valió un enfrentamiento con el senador Francisco Chahuán (RN), quien de inmediato señaló que la entrevista “fue una vergüenza” y que ante ello, la debieron “haber hecho salir a patadas de este Gobierno”.
Más tarde vino la solicitud de renuncia del entonces director del Museo Histórico Nacional, Pablo Andrade, quien fue cuestionado por incluir en una de las exposiciones del espacio cultural una imagen de Pinochet. A ello, se sumó la toma del Parque Cultural de Valparaíso, cuyos dirigentes increparon directamente a la Ministra por responder de manera tardía al conflicto.
Pero internamente, también existieron otros problemas. Uno de ellos se liga a la solicitud de renuncia de Roberto Farriol del Museo Nacional de Bellas Artes. Para quienes vieron de cerca el proceso, el hecho de que el director (S) del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Javier Díaz, haya sido quien solicitó el cargo de Farriol y no la Ministra, también habría generado cierto roce entre Pérez y el resto de las autoridades de la cartera.
Otra situación tiene que ver con una llamada en vivo que realizó el periodista Francisco Saavedra a la ex Ministra. En la conversación el comunicador habría comprometido a la autoridad a gestionar una publicación de un cultor nacional. El hecho, más allá de las buenas intenciones, sin embargo, generó un problema a nivel administrativo, ya que el presupuesto requerido para el ejemplar concretamente no existía.
El arribo de Mauricio Rojas
Sin embargo, a llegada del escritor Mauricio Rojas a la cartera no deja de generar incertidumbres.
En este sentido, el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Marcelo Díaz, quien afirma desconocer el perfil de Rojas, señala: “¿Qué espero del nuevo Ministro? Primero que ponga en pie la instalación del Ministerio; segundo, que defina una política cultural clara y nítida sobre con cómo ésta llega a la inmensa mayoría de los chilenos y, especialmente, a regiones. También espero que tenga la misma disposición que tuvo la ex ministra Pérez para colaborar con la Comisión de Cultura”.
Desde este punto de vista son diversas las tareas que se perfilan como inmediatas dentro de la agenda de la nueva autoridad. Entre ellas se encuentran el debate sobre la nueva Ley de Patrimonio, la gestión de recursos para el Fondo Audiovisual del CNTV y la realización de programas de generación de audiencia.
Además, para su funcionamiento, el Ministerio requiere de, aproximadamente, 700 concursos públicos nuevos. Una cifra que aún parece lejana si se considera la lentitud con la que ha sido llevado el proceso.
En esta línea, Riquelme concluye: “El Ministro va a tener una gran responsabilidad a la hora de mirar la orgánica del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, hacer funcionar lo que hay y tomar decisiones respecto de los recursos que no se han considerado. Lo otro, que es delicado, es el tema de la gestión de las personas que está absolutamente abandonado”.