El exjefe de Directemar, Osvaldo Schwarzenberg, será formalizado el próximo 21 de noviembre por el delito de prevaricación administrativa, tras autorizar el vertimiento de 4600 toneladas de salmones en descomposición al mar frente a las costas de Chiloé.
Luego de que en 2016 se arrojaran 4600 toneladas de salmones descompuestos al mar, los episodios de marea roja habrían empeorado. Los pescadores de la zona de Ancud han atribuido el fenómeno a la emergencia ambiental desatada luego de la acción que hoy le cuesta al ex jefe de Directemar estar formalizado.
La acción de las empresas salmoneras en las aguas del sur de Chile es catalogado por el Instituto Nacional de los Derechos Humanos como uno de los conflictos socio ambientales más complejos en la zona sur, esto porque el fondo marino del sector de Puerto Montt, Chiloé y los fiordos de la Patagonia estaría siendo impactados por el alimento y antibióticos que son arrojados en las jaulas de cultivo de salmones.
Sumado a esto, el escape masivo del Centro de Engorda, ubicado en el sector de Punta Redonda, en la comuna de Calbuco, en el que 900 mil salmones se escaparon a aguas patagónicas mantiene la emergencia en la zona, ya que las especies escapadas son un peligro para los peces endémicos que proporcionan la base para el armado de espineles para la pesca artesanal.
Hasta ahora la empresa Marine Harvest, no ha logrado la captura de 10 por ciento de los ejemplares fugados, por lo que se expone a la suspensión de la concesión de su faena y a multas millonarias por el daño ambiental producido.
La formalización del exjefe de Directemar marca un precedente para las prácticas de contaminación que se han dado sistemáticamente por las empresas pesqueras y de salmonicultura amparadas en la ausencia de fiscalización y control.
Pablo Oyarzo, presidente de la Mesa de Marea Roja Ancud, expresó a Radio Bío Bío que “es satisfactorio pensar que el reclamo que hicimos en 2016 sobre el vertimiento de salmones fue considerado, porque fue inadecuado lo que se hizo y lo que pasó posteriormente fue en contra de los pescadores. La formalización de un ex alto mando nos da la satisfacción que no estábamos mal en lo que estábamos diciendo”.
Según planteó la fiscal Pamela Salgado, las penas por delito de prevaricación no son muy altas y que nuestra legislación ambiental es “muy pobre”, ya que no existe registro de otro lugar del mundo donde se permita verter salmones descompuestos al mar.
“Las penas no son muy altas en general. El problema con que nos encontramos en este tipo de delitos, es la falta de legislación, sobre todo con lo que es la legislación ambiental, la verdad es que la nuestra es muy pobre. Cuando nos encontramos frente a un delito o una catástrofe ambiental, ya que este hecho del vertimiento de salmones al mar es bastante inédito no hay registro en otra parte del mundo donde se haya autorizado verter 4600 toneladas de pescado descompuesto al océano”.
By: Francisco Velásquez / Diario Uchile