Una nueva amenaza de desalojo viven los habitantes del campamento René Schneider en Antofagasta. La alerta se encendió a raíz de una nueva ofensiva del gobierno provincial para frenar el levantamiento de nuevas tomas. Pablo Rojas, de la ONG Fractal, apunta a la cobertura de los subsidios como la razón de la creación de nuevos campamentos:
Durante la medianoche que le daba la bienvenida a este martes los más de cien pobladores del campamento René Schneider II, de Antofagasta, no lograron cerrar los ojos rememorando lo que habían vivido a mediados de marzo.
El 14 de marzo habían sido víctimas de un desalojo violento que los había dejado sin techo luego de una arremetida de Fuerzas Especiales ordenada por el gobierno provincial. Los pobladores, migrantes y chilenos en proporciones parejas, provenían en su mayoría de la René Schneider, población aledaña al terreno, por lo que no vieron otra opción que volver en calidad de allegados a sus antiguas viviendas o arreglar temporalmente alguna solución habitacional para luego retornar.
Este 3 de abril, después del regreso de prácticamente todas las familias, el rumor de desalojo volvió a recorrer los pasajes del René Schneider II. A través de un comunicado los habitantes del campamento declararon que “hace más de una semana que venimos recibiendo amenazas y amedrentamiento por parte de la fuerza policial, que está constantemente merodeando el sector donde están construidas nuestras precarias viviendas. Esto aun cuando el gobernador Luis Garrido ofreció el domingo 1 de abril que iniciaríamos una mesa de trabajo para darle una solución a las 90 familias sin casa que componen nuestro comité”.
El problema con la mesa de diálogo es su condición inapelable: las familias deben deshacer sus casas antes de sentarse a conversar con el jefe provincial. Pablo Rojas, de la ONG Fractal, de Antofagasta, cree que las autoridades se encuentran tramitando un nuevo permiso para intervenir el incipiente campamento: “Como ellos no botaron las casas, no hay mesa de diálogo. Las conversaciones están en punto muerto, yo creo que porque la gobernación está tramitando una nueva orden de desalojo. Por mientras que la tramitan, los vecinos están levantando más casas y habitándolas. Van a ir a pedir una audiencia con el gobernador, pero él les dijo que podían pedir audiencia, pero sin el carácter de mesa de diálogo como se había propuesto.”
Pero ¿cuál es el problema con este campamento en particular?
La gobernación tiene una fijación con el René Schneider II porque desde el gobierno anterior se ha impulsado una especie de doctrina que no tolera más tomas nuevas: “Es una distinción bien artificial entre campamentos y tomas, sobre la base de que un campamento sería un asentamiento informal más establecido y una toma sería un intento de tomar un terreno y convertirlo en campamento. Lo que dice la autoridad es que las tomas son ilegales, pero la toma como inicio de usurpación de un terreno es la primera fase de un campamento. Un campamento es una toma más consolidada. La intención es contener el nacimiento de nuevos campamentos. El tema con la Schneider es que es el primer asentamiento nuevo que se da en este nuevo gobierno, entonces ha adquirido más visibilidad”, agrega Rojas.
A la hora de la publicación, las dirigentes del campamento se encontraban negociando con las Fuerzas Especiales de Carabineros “en buenos términos”, según señalaron a este medio.
Actualmente en la región de Antofagasta, según el Monitor de Campamentos de TECHO-Chile, existen 60 campamentos, con casi 7 mil familias viviendo en ellos. La de Antofagasta es la región que más ha incrementado su cantidad de asentamientos en los últimos años, por eso la ofensiva de las autoridades locales para frenar el crecimiento.
By: Martín Espinoza C / Diario Uchile