Los habitantes ancestrales de la patagonia recurrieron a la Ley Lafquenche para solicitar que se declare Espacio Costero Marino Protegido para Pueblos Originarios (Ecmpo) las aguas de los fiordos y ríos por donde han navegado los kawésqar y que hoy está siendo sobreexplotado por la industria del salmón. La solicitud indígena fue declarada admisible, lo que mantiene a un ochenta por ciento de las concesiones presentadas para operar en aguas magallánicas congeladas.
Canoeros, cazadores y recolectores. Los kawésqar son un pueblo ancestral de la patagonia que lucha contra la industria salmonera y el Estado para reivindicar su cultura y forma de existir. Los fiordos, ríos, canales y mar, desde hace seis mil años, han sido recorridos por hombres y mujeres que han sobrevivido al clima adverso del extremo sur, encontrando ,en esta geografía desmenuzada, su territorio.
Esas aguas están siendo ocupadas de forma indiscriminada por la industria salmonera que, luego de devastar los bordes costeros de la décima región, sigue avanzando a la Patagonia. Los 35 años de la industria salmonera en Chile tiene, hoy, consecuencias.
Porque el pelet con que alimentan a los peces en cautiverio contiene un 75 por ciento de antibióticos, lo que mezclado con las heces y los salmones muertos en descomposición, provocan altas concentraciones de amonio, fósforo y nitrógeno, disminuyendo el oxígeno del fondo marino y generando los nutrientes para que se formen algas con altos niveles de toxicidad, ocasionando crisis como la marea roja.
El salmón es una especie introducida en los mares chilenos a mediados de los años setenta, es un pez carnívoro que se alimenta de la fauna endémica de los mares y ríos kawésqar. En nuestro país se cría un tercio de la producción mundial de salmón. En comparación, Noruega produce cinco kilos por metro cúbico, mientras que Chile, 40 kilos.
Comunidad kawésqar: 344 concesiones salmoneras congeladas
La comunidad kawésqar, invocando la Ley Lafquenche a través del instrumento Espacio Costero Marino Protegido para Pueblos Originarios (Ecmpo), solicitó que se resguarden las aguas para el uso ancestral del pueblo. Dicho requerimiento fue declarado admisible, lo que congeló las más de trecientas concesiones solicitadas para la explotación de salmonicultura en los fiordos de la Patagonia.
Un triunfo para la comunidad, pero que no asegura que esto se mantenga, ya que el lobby que existe entre el Estado y la industria salmonera podría hacer retroceder esta iniciativa que impide que se utilice el borde costero para la producción de salmones.
La Ley Lafquenche señala que, ante más de una solicitud de uso sobre el mar, se privilegia a los espacios marinos protegido para pueblos originarios. Por eso desde que se inicia la tramitación, para ver si el Estado entrega la denominación de Espacio Costero Marino Protegido a la comunidad, se congela la entrega de concesiones en la zona.
La primera solicitud fue hecha por la comunidad a inicios de 2017 y la segunda fue declarada admisible hace diez días. Gracias a las dos propuestas, hoy se encuentran congeladas el 80 por ciento de las solicitudes de concesiones en la Región de Magallanes.
Leticia Caro, representante de la comunidad kawésqar explicó que la solicitud hecha por su pueblo “está admisible hace 12 días, pero la Subsecretaría de Pesca no ha dado el espacio para tramitación, lo que, además de ser ilegal, nos sigue poniendo trabas para proteger el territorio, continuar con la navegación, pesca caza y recolección, que es propio de la cultura kawésqar. Lo cierto es que desde que ingresa nuestra solicitud, los espacios están protegidos por ley, independiente de que se despache esa solicitud existe un registro”.
Parque Kawesqar sin aguas para navegar
El escenario al que se enfrentan las comunidades indígenas patagonas es adverso, ya que en la elaboración del proyecto Parque kawésqar hubo mentiras e irregularidades por parte del ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, los Seremi de la Zona y la Presidenta Michelle Bachelet, quienes eliminaron las aguas de la denominación de Parque Nacional, lo que es una clara muestra de la inconsistencia de la autoridad frente a la protección del medioambiente.
“Es así como el gobierno crea un parque nacional sin agua en una zona de fiordos y canales. En el proceso de la consulta indígena que se hizo para poder crear este parque, las comunidades estuvieron de acuerdo siempre y cuando se protegieran las aguas. Lo que se ofreció fue que se crearía un área marina protegida de distintos usos en las aguas colindantes al parque, esa fue la condición para seguir avanzando en el proyecto. La presidenta se comprometió con las comunidades, fue junto al ministro a Punta Arenas y finalmente no la aprobaron y sacaron un parque nacional, mintiéndole a la comunidad y al país completo”, afirmó Caro.
Un parque llamado kawésqar sin protección de los fiordos, ríos y mares es una contradicción absoluta, ya que parte fundamental de la cosmovisión del pueblo está dada por su forma de sobrevivencia como canoeros, cazadores y recolectores.
“Es ambiguo consultarles a los pueblos canoeros por la tierra. A nuestro pueblo se le debe consultar por el mar. Lamentablemente no pudimos zanjar el que no se protegieran nuestras aguas, hicimos lo imposible por subsanar esa situación. Por lo mismo, podemos decir que la ex presidenta Bachelet, el ex ministro Marcelo Mena y la ex ministra Nidia Palma nos vendieron bolitas de vidrio, tal como lo hicieron con nuestros antepasados, sucedió ahora”, cuenta Leticia Caro, representante de la comunidad kawésqar.
El decreto hecho en la administración Bachelet para declarar el Parque Nacional kawésqar, según comentó Estefanía González, tiene cerca de 5 mil páginas, ya que justificar y delimitar las zonas protegidas en un lugar con la geografía de Magallanes se hace casi imposible, asumiendo que solo se protegió la tierra en un archipiélago.
Por otra parte, y frente a la arremetida del gobierno, que ha planteado la necesidad de revisar la Ley Lafquenche. Leticia Caro dijo que su pueblo está “totalmente en contra que la ley Lafquenche sea revisada por este gobierno y por cualquier otro, porque es la única herramienta que nos permite proteger nuestros espacios y medios de subsistencia. La navegación para los kawesqar es un tema de salud y espiritualidad, así es hoy y fue siempre. Antes fue una forma de vida y hoy lo que nos queda lo defenderemos con todo lo que tenemos”, finalizó la representante indígena.
By: Francisco Velásquez / Diario Uchile