Las personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales) siguen enfrentando exclusión, discriminación y violencia en todas partes del mundo, y América Latina y el Caribe no es la excepción.
Si bien el volumen de datos fidedignos respecto al tamaño de la población LGBTI es escaso, un estudio de 2008 de la Universidad de San Pablo halló que el 19,3% de la población masculina en Río de Janeiro se identificaba a sí misma como gay o bisexual, y el 9,3% de la población femenina se identificaba a sí misma como lésbica o bisexual. En el caso de individuos transgénero, el Instituto Williams calcula que el tamaño de la población alcanza el 0,7%, mientras que el informe Libres e Iguales de la ONU calcula que entre el 0,05% y 1,7% de la población nace con rasgos intersexuales.
Clifton Cortéz, Asesor Global del Grupo del Banco Mundial en Orientación Sexual e Identidad de Género, explica cómo la exclusión y la discriminación derivan en violencia, acceso reducido a oportunidades, y obstaculizan el desarrollo.
Pregunta: ¿Qué es la exclusión en base a orientación sexual e identidad de género?
Clifton Cortéz: Al igual que la exclusión por raza o religión, la exclusión por orientación sexual o identidad de género se basa en una característica propia de tu persona. La discriminación, el estigma y la violencia actúan como barreras a la participación plena de las personas en varios aspectos de la vida, ya sea acceso a oportunidades educativas, al mercado laboral o atención a la salud.
Todos tienen una orientación sexual, y todos tienen una identidad de género. La mayoría de las personas poseen una orientación sexual que es parte de la mayoría —heterosexual— pero no todos. Igualmente para la identidad de género, la mayoría de las personas se identifica con el género biológico en el que nacieron o fueron asignados al nacer. Sin embargo, una minoría de las personas se da cuenta, a medida que crecen, que, de hecho, se identifican con un género diferente al que se asumió tenían al nacer.
Pregunta: ¿Hasta qué punto enfrentan esta exclusión las personas en América Latina y el Caribe?
Clifton Cortéz: Si bien varía de país en país, las personas LGBTI enfrentan exclusión en toda la región y en forma significativa. En América Latina y el Caribe, esta exclusión muchas veces se asienta en creencias y principios religiosos, así como en las normas de género predominantes, muchas veces consagradas en leyes.
Por ejemplo, las mujeres transgénero tienen muy pocas opciones de ser empleadas en el mercado de trabajo formal dada la discriminación y el estigma al que se enfrentan. Independientemente del nivel educativo que tengan, muchas veces quedan reducidas a pedir limosna o al trabajo sexual. Este último normalmente es ilegal y está estigmatizado, por lo que las trabajadoras sexuales se encuentran en un estado muy vulnerable, y son objeto de violencia y de homicidio. La Organización de Estados Americanos reveló que las mujeres transgénero en promedio no viven más allá de los 35 debido a la violencia y discriminación que enfrentan día a día.
Pregunta: ¿La región está abordando este tema?
Clifton Cortéz: Durante décadas, la sociedad civil organizada ejerció una posición de liderazgo en varios países de América Latina en cuanto a reclamar soluciones frente a la exclusión LGBTI. Algunos ejemplos son las organizaciones Red Lac Trans en Buenos Aires, Argentina, Letra S en Ciudad de México y Grupo Dignidade en Curitiba, Brasil.
Más recientemente, algunos gobiernos también comenzaron a trabajar junto a la sociedad civil en el tema de la exclusión LGBTI, incluidas la criminalidad y la violencia, de varias maneras. Desde el aspecto legal, organizaciones regionales como la Organización de Estados Americanos y la Organización Panamericana de la Salud también están enfrentando la exclusión LGBTI en las Américas.
Pregunta: ¿De qué manera la exclusión LGTBI obstaculiza el desarrollo?
Clifton Cortéz: No podremos erradicar la pobreza y promover la prosperidad compartida sin incluir a las personas LGBTI. Las discusiones globales en torno a los Objetivos de Desarrollo Sosteniblereconocieron específicamente el principio de “no dejar a nadie atrás”, es decir asegurar que ese desarrollo llegue a las personas más marginadas, y esto incluye a los individuos LGBTI. Las consultas globales dirigidas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) llegaron a un consenso generalizado respecto a las cinco áreas prioritarias que deben abordarse en términos de las personas LGBTI: bienestar económico, seguridad personal y violencia, educación, salud y participación política y cívica.
Sin embargo, aún no tenemos datos sólidos respecto a la vida de las personas LGBTI como para medir su exclusión y orientar así políticas y programas, y es aquí donde el Banco Mundial puede jugar un papel importante a la hora de solucionar esta carencia de datos. El Banco Mundial está empezando a hacerlo, y ya ha o se encuentra generando nuevos datos en Tailandia, Serbia, Georgia e India, y lo seguirá haciendo a futuro en más países, incluida América Latina y el Caribe