La Cámara de Diputados aprobó la iniciativa para incentivar la contratación de estudiantes en los distintos centros de trabajo. Según el ejecutivo, la medida creará cien mil nuevos empleos aproximadamente, pero, según críticos, no se deben crear nuevos puestos de trabajo a costa de la reducción de derechos laborales, como lo hace esta norma.
La jornada de este jueves, la Cámara de Diputados aprobó, con 83 votos a favor, 51 en contra, y 4 abstenciones, el Proyecto de Ley del Estatuto Laboral para jóvenes, presentado por el ejecutivo en abril pasado.
El ministro del trabajo, Nicolás Monckeberg, presentó la iniciativa como una oportunidad para crear aproximadamente cien mil nuevos puestos de trabajo a jóvenes estudiantes de entre 18 y 24 años, empleos que serían formales y de calidad, pues, según estadísticas que el propio secretario de Estado entregó, del nueve por ciento de los estudiantes que trabajan, la mitad lo hacía de manera informal.
Todo bien, claro, si el proyecto no se mira desde cerca. Pues para incentivar estos nuevos empleos, el Gobierno decidió prescindir de importantes derechos laborales, flexibilizando así los deberes de los empleadores. Por ejemplo, no será necesario respetar el fuero maternal ni sindical de los trabajadores, ni el descanso dominical, tampoco habrá prestaciones por término de contrato, y las jornadas laborales diarias podrán ser divididas en varios bloques, o sea, si el empleado debe trabajar cinco horas un determinado día, la empresa podrá decidir que labore dos horas por la mañana y tres por la tarde.
¿Quiénes estudien y decidan trabajar tendrán alguna otra alternativa de contrato? No, están obligados a trabajar bajo este tipo de contratos.
Por medidas como éstas, es que estudiantes y sindicatos han manifestado su rechazo a la iniciativa de Sebastián Piñera. Un actor principal en esta lucha ha sido el sindicato de la cadena de café Starbucks, que ha denunciado muchas veces la precarización del trabajo si se aprueba definitivamente esta normativa.
El presidente del sindicato, Andrés Giordano, lamentó la aprobación del proyecto, indicando que no es buena señal: “vemos con mucha preocupación y lamentamos que la democracia que se concibe en este país ignore a los sectores organizados, que son sujetos de las normativas que se legislan. Por tanto, acá ni estudiantes ni trabajadores estuvimos por aprobar esta ley, la rechazamos en numerosas oportunidades, hicimos numerosas propuestas y en ningún caso quisimos un contrato alternativo y discriminatorio, porque, además, esto ni siquiera se considera al grueso de los estudiantes, sino que considera solo a aquellos que accedan a tener un contrato mucho más precario”.
El dirigente señaló también que la medida no solo afectará a los estudiantes que trabajen, sino que también a los empleados en general, porque las empresas preferirán reemplazar sus puestos laborales por los de los estudiantes que, claro, costarán menos y tendrán menos deberes para con ellos.
“Es un escenario sumamente nefasto, no solo para las trabajadoras y trabajadores jóvenes que estudian, sino que para toda la gente que se desempeña en el sector de comercio y servicio, porque la verdad es que esto, entendido como un proyecto que profundiza el abaratamiento del costo de la mano de obra de trabajadores jóvenes estudiantes, va a significar a mediano plazo una sustitución importante de los puestos de trabajo que siguen siendo regidos por las reglas generales”.
Para el profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad Católica de Valparaíso, Eduardo Caamaño, la aprobación de este proyecto creará “trabajos basura”, y probablemente, los jóvenes se inclinen por conseguir ingresos económicos de manera independiente, ya que el contrato formal será muy desventajoso.
“Va a ofrecer trabajos basura, que tampoco serán tan atractivos, porque van a ser tan poco compatibles con los estudios y con la responsabilidad familiar que puedan tener los jóvenes, que hasta les pondría convenir más realizar trabajos de manera independiente, fuera de una relación laboral de este tipo. Si yo vendo sushi o trabajo de manera informal, es probable que gane mucho más y tenga mejores condiciones que en una empresa trabajando con este estatuto”.
Para el jurista, el Proyecto de Ley aprobado este jueves por la Cámara de Diputados es beneficioso únicamente para los empresarios, y la supuesta preocupación por los estudiantes no es más que una pantalla.
“Porque es una señal de flexibilidad a costa de los derechos laborales, que es algo que siempre el empresariado más reaccionario y los partidos del actual gobierno han defendido, o sea, flexibilidad, pero no en el sentido de una regulación nueva acorde con el respeto a los derechos laborales, sino que como sinónimo de desregulación, porque lo que hacen ahora es desregular derechos laborales, de tal manera que el empleador satisfaga una necesidad supuestamente para favorecer un interés de los trabajadores, y esto no es así.
Por último, Eduardo Caamaño calificó de vergonzoso que parlamentarios de lo que fue la Nueva Mayoría se cuadren para aprobar normas que vulneran los derechos laborales, al igual como lo hicieron –subrayó- con la reforma laboral, que vulnera los derechos sindicales.
By: Camilo Villa J. / Diario Uchile