Este año, junto al 2019, se está manifestando como el más seco de los que se tiene registro, una realidad inminente que amerita la implementación de medidas urgentes por parte del ejecutivo, los privados y la ciudadanía
La crisis hídrica es una urgencia que se ha vuelto cada vez más visible en la última década, particularmente este año en que las temperaturas del invierno se han mantenido ostensiblemente altas y las precipitaciones muy por lo bajo de lo habitual, en comparación a otras temporadas.
Así se pudo constatar en el balance hídrico que realizó este martes el Ministerio de Obras Públicas y la Dirección de Meteorología, que dio cuenta que el mes de julio fue uno de los más secos de la historia en la región Metropolitana.
Dentro de las informaciones, se registró el déficit de un 86% de las precipitaciones y de un 85% en la acumulación de nieve, llegando incluso al 100% en algunos sectores de Coquimbo. Los embalses del territorio nacional cuentan con el 28% de su capacidad y un 46% del volumen que históricamente tenían en esta fecha.
A esos datos se suman el estudio realizado por la Universidad de Chile, la Pontifica Universidad Católica, en conjunto a la Dirección de Aguas (DGA), que daba cuenta sobre una disminución entre el 12 al 40% en los caudales de las cuencas del Aconcagua, Maipo, Rapel, Mataquito y Maule.
La situación provocó que el diputado de la Democracia Cristiana, Gabriel Silber, solicitara al Presidente de la Republica que decrete el estado de emergencia hídrica en el país.
En el documento, el parlamentario instó a que esta administración tome cartas en el asunto, a modo de levantar un trabajo mancomunado con las autoridades políticas regionales y municipales, en conjunto a las empresas generadoras y distribuidoras del Sistema Interconectado Central (SIC).
“Terminó prácticamente el invierno y afrontamos la mega sequía más grave de la historia registrada desde 1968. Prácticamente tenemos un déficit del 90% de lo que son las aguas lluvia en nuestros embalses a nivel nacional y por eso es que concurrimos a La Moneda para exigirle al Presidente Piñera que dejemos de invisibilizar la grave situación por la cual atravesamos y decrete al día de hoy, medidas de racionamiento tendientes a preservar el agua potable en nuestros embalses”, señaló.
La misiva del diputado, miembro de la Comisión de Minería y Energía, requiere transparentar “la provisión del suministro eléctrico para el año 2021 y 2022, considerando el sistema bajo situaciones de estrés, no solo hídrico, sino sobre la eventuales fallas de las centrales importantes del sistema hidroeléctrico y sobre la eventual base de escasez de gas natural y diésel”, detalló en la carta.
Asimismo, requiere que el Ejecutivo dicte un decreto preventivo de racionamiento, tal como el mandatario hizo en el año 2011, que abra una batería de medidas destinadas a la preservación del agua.
“Este decreto va a permitir intervenir nuestras cuencas, nuestros embalses respecto de los flujos, va a permitir instruir a las municipalidades, a los gobernadores, a los alcaldes y delegados respecto al riego de grandes superficies verdes o parques y va a permitir bajar por ejemplo, el voltaje respecto de lo que se distribuya a partir del SIC”, explicó.
A nivel local, Silber consideró necesario además iniciar una promoción sobre la disminución en el consumo de electricidad. Una comunicación de riesgo que apremia el compromiso del mandatario, la esfera privada y de toda la ciudadanía.
El déficit llegó para quedarse
“Todo indica que el 2021 va a ser similar al 2019, que fue el año más seco que se tiene registro, y que va a terminar con un 80% de déficit a nivel nacional” señaló el hidrólogo y académico de Colorado School of Mines y de University of Arizona, también miembro del Programa Hidrológico Internacional de Unesco, Pablo García Huidobro. Una realidad que llegó para quedarse y que sucede por un factor climático y otro, provocado por la actividad humana.
En lo relativo al cambio climático, el experto explicó que es posible evidenciar esta manifestación en el ensanchamiento del anticiclón del Pacífico, que es una zona de alta presión, que se desplaza hacia el sur, cubriendo la zona central durante los veranos, evitando que ingresen los frentes de mal tiempo durante esa temporada. Después, se desplaza hacia el norte y ahí entran los frentes del mal tiempo a la zona central, generando lluvias en invierno.
“El problema es que está tan grande y ancho ahora (el anticiclón del Pacífico) que se sigue desplazando hacia el norte en invierno, pero sigue cubriendo la zona central y por eso los frentes de mal tiempo son desviados hacia Argentina y por eso hay más lluvias e inundaciones todos los inviernos en ese país. En el caso de nosotros, tenemos más sequía“, explicó.
Entre otros factores asociados al clima, el hidrólogo mencionó la subida de la isoterma cero en la cordillera- que en términos generales es la línea de la nieve que permite saber dónde habrá lluvia y a partir de qué zona el agua se presentará como nieve- que implica que, cada vez que haya una tormenta, habrá menos reservas para el época estival. Asimismo, mencionó la disminución de lluvias y el derretimiento glaciar, que en Chile se calcula del orden de un 100%.
La responsabilidad humana en el aumento del consumo del agua
La emergencia de escases hídrica, por cierto ocurre por el consumo sin criterio del agua, de su privatización y de la nula disposición de las autoridades de gobierno a incentivar la investigación y las medidas inteligentes para la gestión de los acuíferos, señaló el hidrólogo.
“La agricultura totalmente fuera de control, por el hecho de que haya agua, se instala un cultivo de paltos, de guindos, simplemente porque el río escurre, les dan derechos de agua y van secando los ríos y los acuíferos. En la parte forestal también hubo muy poca planificación e investigación territorial, y las forestales te pueden producir agua en una cuenca o te pueden secar la cuenca también, la mayoría, cuando están cerca de las napas, las secan”, indicó García-Huidobro.
A eso agrega que “la industria, la minería ha crecido mucho, desviando ríos, el consumo municipal también, no estoy hablando solo de las ciudades, también estoy hablando de las parcelas de agrado donde la gente quiere poner césped y eso demanda muchísima agua y se han otorgado derechos de agua sin hacer un estudio serio que considere las consecuencias del cambio climático, el balance hídrico de cada cuenca y las consecuencias que tenga en la parte ecológica y social, ese fue el gran error del Estado de Chile”, lamentó.
La falta de estudios respecto al comportamiento variado de cada cuenca, también ha sido una causa determinante en la desertificación de muchas regiones del país, señaló.
“En Petorca que se instalaron cientos y cientos de hectáreas de cultivos de paltos, desviaron los ríos, secaron los acuíferos y dejaron a la gente sin agua, eso fue una atrocidad, no se debería haber hecho. Aculeo es otro caso, que es un cuerpo de agua natural que no se ha secado en dos mil años, con todas las mega sequías que han habido en dos mil años, eso está documentado, nunca ha desaparecido y por primera vez, desapareció gracias al sobreconsumo, al sobre otorgamiento de derechos de agua“, aseveró.
Respecto a las políticas que se pueden implementar en el corto, mediano y largo plazo, el hidrólogo recomendó eliminar los camiones aljibes, reemplazarlos por maquinas condensadoras de humedad, que es una tecnología nueva de energía solar y que produce hasta 400 litros de agua potable al día, la eficiencia del riego, la eliminación del césped en los territorios de escases hídrica, reemplazándolos por jardines xerófilos y el establecimiento de una Ley del Medidor para llevar un catastro de cuánta agua estamos consumiendo.
Asimismo relevó la necesidad de establecer la modelación hidrológica a modo de levantar investigaciones sobre la reacción de las cuencas ante distintos cambios del uso del suelo y en esa medida que el gobierno cuente con un fondo para efectos de impulsar la investigación, promocionando además la formación de profesionales en el área de la hidrología.
“Contratar y formar hidrólogos, somos el único país en Latinoamérica que no tiene un pregrado en hidrología, siendo el país con más aprietos. Cada municipio debería tener un hidrólogo que apruebe los cambios del uso de suelo”, puntualizó.
Finalmente recomendó encaminar al país hacia la importación de agua hacia las cuencas, por medio de la desalación del agua, con las tecnologías que garantizan un práctica sustentable, por medio de energía solar, con pequeñas plantas de tratamiento, a modo de bombear el agua para luego bifurcarla en las macro cuencas. Asimismo, descartó la política de construcción de embalses, considerando la crisis hídrica del país.
“Ya los embalses son una mala idea, no podemos recaer en los embalses, ya no funcionan. No se dan cuenta, estamos con 30% de abastecimiento de los embalses, cosa que va a seguir empeorando en algunos años más y van a estar vacíos, es obvio, es cosa de ver las proyecciones climáticas de las últimas décadas y darse cuenta que en realidad se están derritiendo los glaciares, está lloviendo menos, está nevando menos, ¿Con qué lo van a llenar? no se puede. Se demoran diez, quince años en construirse, son tremendamente costosos, pero ¿qué se hizo en este último gobierno? De 19 embalses que había en construcción, los aumentó a 26 y ahí se van nuestros impuestos, más de 6 mil millones de dólares que se pudieron haber invertido en desalación y en soluciones inteligentes“, criticó.
By: Maria Luisa Cisternas / Diario tvcanal5.cl
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