Contar con fuentes de agua potable es fundamental para todo ser humano, no sólo por el consumo directo, sino porque en términos sanitarios permite preservar la salud y el bienestar de la población, más aún en medio de una pandemia. Sin embargo, no todas las comunidades tienen hoy acceso a este vital recurso[1], lo que no es aceptable éticamente, pues estamos ante un derecho esencial, que debe ser prioridad y responsabilidad de los gobiernos e instituciones. Al mismo tiempo, para poder obtener un medio ambiente sano y resguardado y cultivos que satisfagan las necesidades de una alimentación saludable, también es necesario desarrollar mecanismos eficientes para la disponibilidad y utilización del agua. Huelga decir, que así mismo la falta de ésta afecta la producción de energía, el transporte, el turismo y la biodiversidad, entre otros aspectos.
Entonces, y con la claridad de que no son temas fáciles de abordar, es indispensable desarrollar más proyectos orientados a este propósito, que también forman parte de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible que incluye 17 objetivos fundamentales (ODS), entre los que se cuenta el “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”.
De esa manera y como estas iniciativas requieren de financiamiento, desde Banca Ética- Doble Impacto- consideramos que se trata de proyectos prioritarios, que permiten potenciar a empresas y organizaciones que ponen foco en estos temas, de manera profesional, innovadora y con el propósito de lograr un bienestar mayor para la población.
Por eso es que, en este escenario de escasez hídrica, es necesario potenciar proyectos de diverso tipo, como son las obras para programas de Agua Potable Rural (APR), o bien programas de Agua Potable Rural Individual (APRI) en zonas alejadas y para comunidades pequeñas.
Al mismo tiempo, en el caso del agro, son necesarias más obras de riego que generen eficiencia en el uso del agua y proyectos que aumenten la capacidad de recolección y almacenamiento, entre otros.
También creemos necesaria la optimización en el uso del agua en zonas urbanas por medio de programas de instalación, de equipamientos que permitan ahorro en edificios y comunidades, eviten fugas y propicien el reciclaje de las aguas de lluvia y aguas grises para la reutilización en sanitarios.
En síntesis, estamos decididamente comprometidos con estos objetivos y con el apoyo a las empresas y organizaciones que ponen foco en la solución de este tremendo desafío.
Por ello, pueden contar con nosotros -La Banca Ética- para gestionar financiamiento que sea a la medida de las necesidades específicas de cada proyecto y empresa, acompañando el proceso con el aporte de un número cada vez más creciente de inversionistas preocupados de hacer un uso consciente del dinero en iniciativas que lo cumplen cabalmente, como es preocuparse por el acceso al agua.
By: Gerardo Wijnant S.M / Subgerente de Impacto /Doble Impacto / https://www.dobleimpacto.cl/